Por malinchismo, nos negamos a nosotros mismos.
Una vez la rechace, y hasta le dije quien me gustaba o con quienes, que no tenía interés, y que bueno que a ella le interesaran los temas de las cosas que hacía o estudiaba. Me contó sobre un sueño de sus anhelos y como ella deseaba que la escogiera, le creí mil y un mentiras sobre quien era ella, estudiaba y aprendía; le cría su cuentos de que «era especial» y me tragué todo el cuento y admiré lo que hacía, dejando hasta a las mejores personas de ese momento de mi vida por mil mentiras, otros interrogatorios y por pendejo crédulo; pero no era/es/será real, no es nada de lo que inventó, ni llega a ser lo que se trata de inventar.
Solo era el racismo, interés, y malinchismo por alguien un poco más claro, y que hace/hacía cosas de las que decías estar interesada; pero no son ni tus temas, ni tu prioridad, ni las bases manejas, por eso te alejas de ellas y vuelves a solo dos, de las cuales una soy inspiración y origen del proyecto al ver la cotidianidad de la elaboración de un refresco.
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